El músico frente a la injusticia

Por Don Sevilla

“Cuando el poder del amor supere el amor al poder el mundo conocerá la paz.”
 Jimi Hendrix

(Sinfonía n.º 3 en mi bemol mayor, op. 55 conocida como Eroica, con la dedicatoria a Napoleón borrada)

Nunca había visto tanto el poder de la música como en la mega marcha que tuvo lugar en Managua y otras partes de Nicaragua el lunes 23 de abril en contra de la represión del régimen de Ortega Murillo. Las personas se dirigían donde escuchaban música y se quedaban al lado de ella para que los abrigara y motivara a caminar los varios kilómetros que separa Metrocentro de la UPOLI. Fue un momento mágico que nunca olvidaré y quedará registrado en mi memoria como músico por el resto de mi vida.

La música siempre se ha utilizado como instrumento político a lo largo de la historia. En todos los procesos históricos y sociales trascendentales, desde la revolución francesa, la primera y segunda guerra mundial, hasta la revolución nicaragüense. La música está tan pegada a todos nosotros como especie que tiene el enorme poder de mover masas y motivar revoluciones.

Es por eso que debido a la enorme violencia orquestada por parte del estado de Nicaragua en contra de los que protestan y piensan diferente, una enorme cantidad de músicos han alzado la voz condenando el uso de la represión brutal y la censura como política de estado; sumándose a la población civil organizada en plantones, colectivos o focos de protesta. Y creo que esto es demasiado importante, trascendental y marca un hito entre la comunidad musical de los últimos quince años en Nicaragua. Han surgido muchas canciones, de todos los estilos, y todos quieren expresarse y crear en libertad, ya que para nadie es sorpresa que en el medio durante la pasada década hubo una especie de auto censura y alineación musical a los intereses del poder, ya que prácticamente había un monopolio cultural por parte de la familia, el partido y el estado.

Un artista no puede ser presa de la autocensura, ya que esta aniquila la esencia de misma del arte que es la libertad.  La libertad de expresarte no solo con tus canciones, sino con tus palabras y acciones. Un artista que denuncia una injusticia cuando la ve, queda expuesto ante la sociedad y su público como alguien que tiene la sensibilidad suficiente para conmoverse y conmover. Es importante hablar y denunciar. En palabras de nuestro Sergio Ramirez, premio de literatura Cervantes: “Que cerrar los ojos, apagar la luz, bajar la cortina, es traicionar el oficio.”

Beethoven, vivió épocas muy difíciles de la historia, eran tiempos de revolución e imperios en Europa, donde se luchaba por que la república se instaurara como sistema de gobierno y la libertad era el anhelo de la población. El debatía, componía, se organizaba en torno a una figura que parecía ser la luz en ese momento: Napoleón Bonaparte. El compositor apoyó mucho las ideas y figura de Napoleón, pero al darse cuenta que este se declaró emperador y mató la idea de libertad, no solo lo denunció públicamente como traidor, sino tachó su nombre de la Sinfonía n.º 3 conocida como Eroica (Heroica, en español). A Beethoven se le atribuye haber expresado: “Entonces, ¿no es más que un ser humano vulgar? Ahora también él (Bonaparte) pisoteará los derechos humanos y se limitará a satisfacer su ambición (…) ¡Se convertirá en un tirano!” Ahí nos damos cuenta que el arte tiene que ser consecuente. Todos podemos equivocarnos, pero también, todos podemos rectificar.

Los últimos días hemos visto un cataclismo social que ningún millenial había visto en Nicaragua; ha sido un trauma colectivo que era imposible que se diera si no hubiera un enorme sentimiento de descontento contra un gobierno que pareciera que perdió contacto con la realidad y su único fin es garantizar su propia sobrevivencia.

Se harán canciones, discos y conciertos en homenaje a los que dieron sus vidas por la causa de la libertad, esa libertad que no hemos tenido, que la hemos silenciado para que no nos veten de un canal o una radio, banda de rock, o del Teatro Nacional; libertad  que ha sido secuestrada, mancillada y ultrajada. Y ahí tenemos un papel importantísimo como músicos, debemos crear en libertad y con sentido de justicia. Tomemos como referencia nuestros antecesores, Beethoven, Nina Simone, The Beatles, Led Zeppelin, todos ellos denunciaron las injusticias de su tiempo; es hora que nosotros seamos consecuentes y denunciemos las injusticias del nuestro.